miércoles, 29 de agosto de 2007

CERRANDO TU GRIETA

Emigro de mi corazón
A la razón de un camino nuevo que planeando idee,
Soltándome de las sombras que empobrecían mi ser,
Que sujetaban mis brazos
Y me engañaba con frases de querer.

Huyendo cabizbaja,
Para no ser reconocida como ayer,
De ser otra
Y empezar otra vez,
Olvidando tus palabras
Y con ellas tus miradas,
Envolviéndome en los brazos de un futuro prometedor lejos de ti,
Lejos de unos brazos sagaces que me retenían
Y me obligaban a obedecer lo que no quería.

Enjuagando mis lágrimas,
Con el paño de un amor de vientre,
Que floreció,
Me hace compañía,
Me hace recurrir al espacio inerte,
Que construyo para mí.
De columnas firmes que aman mi alma,
Que me reponen,
Me construyen otra morada,
Lejos de tu casa,
A kilómetros de tu estancia,
Que espiran el hedor más fuerte que una mujer pueda soportar,
Que pisotean con descaro,
Los derechos de mi integridad.

lunes, 27 de agosto de 2007

MEMORIAS DE UN CORAZON TRISTE


En las memorias de un corazón triste,
La aspereza se adueña de la censura de unos ojos reprochadores,
Que no se detienen a la melancolía,
La hacen aguda
Y penetrante,
Como una punzada de escorpión.

Llenan aquella alma donde habitaba la alegría,
Un corazón roto a la merced de la depresión.
Que la devora en segundos,
Sin cuestionar su entrada
O que tanto daño debe causar.

Se inyecta en la sangre,
Convulsiona a ideas estólidas,
Incoherentes.

Mientras las mentiras te acorralan
Y preguntan sin disimulo:
-¿El vendrá?
-¿No te hará más llorar?

En esa esquina te crean el designio de un abismo atroz,
Suspiras la creencia de que si en verdad vendrá
Y desvaneces en el rincón de tus dolencias.

Que con un estallido,
Te golpea,
Entrando a una realidad de la atmosfera intoxicante,
A la cólera
Y a venganza.

Llenas tus pulmones del aire inhumano que te rodea,
Te dejas morir en vida,
Abandonas tus hábitos
Y tus actitudes.

Entonces la suciedad
Y la locura se apodera de tu cordura,
La hacen navegar,
En el rio de las confusiones
Y solo allí te das cuenta,
De que no saldrás.

Te atormenta la duda,
De quien te podrá sacar
Y se realza ese pensamiento infectuoso,
que solo te deja escapar segundos,
para que tú conciencia te avise
Que eres victima de esta realidad,
Que no es más,
Que tu soledad.

“Dedicado a una persona que amo y muerta en vida extrañaré, adiós”.

viernes, 24 de agosto de 2007

ADIOS



En el suplicio de una nota triste,
Entonan la canción de la angustiada,
La claridad que irrumpe sin decoro,
Haciéndome olvidar mi madrugada.

Sosteniendo el alma en mis manos,
Perdiendo la cordura de lo que diré,
Amarrando el sentido de las palabras,
Que se pierden con el viento,
Que amanecen en tu cama.

Prevale la miseria
Y la arrogancia se hace cada vez más insoportable,
Ya no mendigas los abrazos,
Pues los tienes,
En otros brazos.

Ilusiones socavadas,
Realzan al ruin con sus miradas,
Atrofiando los momentos,
En que la brisa era mía
Y no de un duende de cama.

Saboreo con mi último gusto,
La belleza de mi adiós,
Destruyendo esos lazos,
A los que una vez llamaste amor.

Calcinando la mirada,
Con hojas escritas de derechos,
Que favorecen la grieta
Y motivan otro camino.
Separando los brazos rotos,
Que se mantenían unidos,
Oyendo,
Apoyando.

Hoy solo se separan,
Por la vaguedad
Y el fracaso.

MI MUERTE


En la sumisa entrada a la paciencia,
Descansa la tolerancia
Y el olvido.

La tarde marca su hora tanto como la muerte,
Sin saber de dónde viene,
Se apodera de ti como un veneno espeso,
Con fuerza angustiante,
Que te impiden gritar,
En el momento más desesperante.

Te acorrala,
Te lleva al lugar que alguna vez sepultaste junto al pasado,
Te hace pensar y reaccionar.

Mientras tus venas se agitan
Y cantan la canción de despedida,
De este mundo al lejano
O al que no conoces.

Todo se acelera en un solo minuto,
Ves los colores que odiaste,
Cuando gritan,
-No respira!

El sudor va recorriendo tu cuerpo,
Devorando tu impaciencia,
Haciéndote sumiso al momento inoportuno que se adueño de ti.

Solo pides perdón con tu último suspiro
Y dejas descansar,
Ese trozo de carne que guardaba tu vida.



“Casi muero en una sala de operaciones, llegando un ser y casi despidiéndose otro, pero la voluntad de Dios fue que nos salváramos las dos”.

LA AMANTE




En la mirada incierta de una amante enamorada,
Se desgarran las palabras
Al emitir el sonido del adiós.

El adiós que rompe un llanto interno,
Preciso y doliente,
Creando un ambiente de miseria y dolor.

Donde los ecos corren a la velocidad de las palabras,
Sin que estas puedan dejar su huella,
Sin que puedan cerciorarse de que estuvieron allí.

Entre las sabanas de seda,
Se envuelve el adiós
Y la desesperación,
De una mujer que ama
Y que solo obtiene migajas;
Las cuales la alimentan
Y le crean la necesidad de un estomago vacio,
En la incertidumbre de necesitar más.

Deseando un manjar,
Que su boca no podrá saborear,
Pues lo que ama,
No le pertenece,
Solo en momentos claves,
Cuando él se escapa a verle.

Suplicándole al tiempo que corra deprisa,
Para poder volver a verle,
Para poder volver a tenerle.

Rasgándose el alma,
Su pena le acompaña,
Hasta que de nuevo salga el sol
Y ella espere hasta el atardecer,
La entrada de él,
A su almohada.

jueves, 23 de agosto de 2007

EN FRENTE DEL BISTURI




Momentos de minutos eternos a la hora de esperar,
A que llamen por mi nombre
Para que me tengan que evaluar.

Con un lápiz negro,
Me obligan a desnudar,
Mi alma,
mi cuerpo,
Ante los ideales de la sociedad.

Con un espejo enorme
Me hacen justipreciar y
Comienzan a etiquetarme
Como a una vaca de corral.

Líneas que trazan desde mi frente hasta mis pies,
Haciéndome sentir más miserable
Que cuando entre.

Me presentan los parámetros para obligarme a cambiar,
Haciéndome borrar con ello
Rasgos de mi personalidad.

Borran mi imagen con un bisturí
Y me obligan a convertirme en igual,
Haciéndome perder mi identidad.

Entrando en un abismo que no me da seguridad,
de salir con vida
o de salir como otra ante una realidad.


“En honor aquellas que han perdido la vida, buscando un sueño de ser diferentes a lo hermosa que eran,en una sala de cirugía plástica”.

CAMBIANDO EN LO ABSURDO


Entre las grietas de una hoja en blanco,
Un momento conmigo misma plasme,
Recordando cuantas palabras podrían descifrarme
O podrían tratar de entender.

Entender el porqué las yagas que sanaron
Aun permanecen allí,
Atosigando cada frase
Que escupo al huir.

Razones que me destruyen,
Letras que rehúsan escribir mi entremés,
Buscando en mis entrañas rebuscadas,
Ideas de un nuevo mundo,
Que yo sola cree.

Fantaseando con la idea absurda de cambiar
Y renovar,
Esa figura atenuante
Que me ha definido desde el arje de quien soy.

Envenenándome con ideales que se llenan de hipocresía
Al hablar de que hay que mejorar,
Alimentando los pensamientos de muchas ilusas que caminan sin paz.

Arropan mi inmortalidad con el manto de la vergüenza,
Asegurándome otra derrota
Al intentar buscar asilo,
En los brazos de una realidad que nos han arrebatado,
y me han obligado a cambiar,
En lo que un día considere absurdo.

DESDE MIS ADENTROS


Desde dentro siento mi corazón latir como un atabal exorbitante,
Que se empeña en querer ser feliz,
En lo que sigo abrumada.

Desde dentro se impone la impaciencia
Y la osadez de salir a vencer sin armadura,
Desilusionada,
Con lo que veo,
Con lo que pasa,
Lucho sin recelo.

Ahuyentando a los lobos que esperan verme caer,
Mientras me sostengo de un hilo,
Amparado por el orgullo
Y la honradez.

Sin perder la cordura,
Ni la capacidad de amar,
Me balanceo,
A través de la mirada que enciende su llama
Como un huracán.

Aprendiendo de lo que no he vivido
Y olvidando lo que he seguido.

Escurriéndome al rincón,
Donde desecho mis sin sabores,
Obligándolos desde dentro a obedecer,
Lo que siento,
Lo que anhelo y espero.

sábado, 18 de agosto de 2007

Jesus Adrian Romero - Mi universo

QUE SEAS MI TODO, MI VIDA, MI UNIVERSO, MI DIOS

MI SUELO



Miro mi suelo,
a veces de color gris,
otras veces de color verde,
pero sigue siendo mi suelo,
el que piso,
el que me aguanta,
al que caigo
y del cual me sostengo.

Donde doy pasos firmes al tomar decisiones sensatas,
del cual me tambaleo al tomar las malas,
no tiene advertencias de sus dimensiones,
es solo mi suelo,
el que siente mis pasos,
si los doy fuertes
o los doy al paso.

Si hacen que mis pies tengan cayos
o me liberan del cansancio.

Es mi suelo,
el trayecto que decidí tener,
la ruta que tome,
por la que voy,
ausente o no,
la decidí yo.

Mi suelo con tablas rotas,
da la ruta encima de un abismo llamado sociedad.

Que caen tablas cuando dudo,
cuando escucho
y me dejo llevar.

Mi suelo deja de ser seguro,
para querer desmoronarse en el abismo,
de lo inconstante,
de los cuervos,
que agitan hasta ver como caes para alimentarse con tus carnes.

No me detengo,
por que aun puedo ver el lago,
al final de mi suelo,
de mi rumbo,
esta lo que anhelo,
lo que busco
o lo que creo que me hará feliz.

En ese mismo suelo busco,
pero sigo siendo yo
y mi suelo.

Mi vida,
mis pasos,
es mi Dios,
mi suelo,
el que me dirige,
en lo absurdo,
en lo involuntario,
en las penurias,
en mi mundo,
ese es,
mi Dios
mi suelo.

jueves, 16 de agosto de 2007

PERDIDA




Entre los labios de una puerta abierta
un sonido extraño escuche,
la llamada de una voz
que con horror suplicaba perdón.

La mirada vaga de un perro sigiloso,
entra en mi el misterio del por qué,
por qué se baja la guardia,
cuando no se debe,
en el momento donde lo oscuro debe ser aviso
a la manos.

Me pierdo en el pensamiento del perro que era sigilante
y de repente caigo sumisa al suelo,
parándome,
sacudiendo mis rodillas,
como quien sacude al pasado,
para borrarlo,
para no traerlo de nuevo al presente,
levanto mi rostro,
asustada,
atenta
y me saludan a la entrada
varios túneles que componen un laberinto.

Estoy asustada,
perdida,
confundida,
de cómo llegue aquí,
y de cuanto deseo yo salir.

No sé cual tomar,
las observo,
trato de ver cual se ve más clara,
cuál es el más confiable.

Veo uno,
el ultimo,
camino con pánico,
sin distraerme por las ramas que tocan mi rostro,
voy adentrándome
y conmigo la voz que había bajado su volumen
vuelve a gritar.

Comienzo a preguntar,
la susodicha pregunta que distingue a las películas de horror
¿Hay alguien allí?

Sin escuchar una respuesta,
camino más rápido,
tratando de encontrar una salida,
para no sentirme mas perdida.

Puedo ver una luz,
fuerte,
amarilla,
al acercarme me doy cuenta,
que es solo una estatua con unas lámparas,
todo derredor parece una especie de parque,
un parque triste
y abandonado,
dándole con eso un toque más que atrayente,
tétrico.

Ya no se qué hacer,
mis pies están cansados,
tanto como mi cuerpo,
tengo miedo de dormir
y lo que me grita pueda atraparme,
de lo que no me contesta,
me acorrale,
haciéndome saltar a una muerte que no deseo.

Me siento,
abrazándome con mis brazos para no sentirme sola
y perdida,
salen algunas lagrimas,
ausentes,
angustiadas,
reflejan lo que no he querido decir desde que empecé el trayecto,
que me duele estar perdida,
que no he sido astuta esta vez,
que ahora necesito ser encontrada
y rescatada.

Entre el pensamiento inoportuno de mi cabeza,
se acerca una brisa fría que recorre mis caderas,
haciéndome temblar de miedo más que de frío,
sostengo mis manos
y ruego a Dios,
de repente la voz de horror,
me grita al oído,
salto del espanto
y caigo de mi cama,
solo allí me di cuenta
que era un sueño,
que estaba perdida en un sueño,
que parecía real.
Me levante del suelo
y apague mi despertador,
mire mi puerta
y vi tres laberintos,
la del baño,
la del armario
y la cocina,
me di cuenta que no era un sueño,
sino mi vida,
aun estoy perdida,
entre el tiempo
y la cotidianidad.

miércoles, 1 de agosto de 2007

FUERA DE MI




Fuera de mí,
Me refugio en el pasado
Y en el mañana de ser.

Práctico la tolerancia
Y la manera de creer,
Consuelo mi pasado,
Sin entregarme al ayer,
De que fui una
Y cambié.

Fuera de mí,
Lamento mis heridas,
Las que un día olvidé,
Que como animal herido,
Con lamerlas las curé.

He visto un nuevo sendero,
Que fuera de mí encontré,
Decorado de hojas escritas,
Que me recuerdan por que fallé.

Libro llamado Santo,
Pide de mi obligación,
Compromiso con mi vida,
Que fuera de mí yo busqué.

Una vida nueva,
Como lavada de cabeza a pies,
Que me hace pensar que no soy la misma,
Ni la necia que pecó ayer.

Compromiso con el Todo Poderoso,
Compromiso con serle fiel,
Por eso me esfuerzo,
Por eso fuera de mí,
Me olvidé.

No pretende ser Gabriel,
Solo intento humana ser,
En un mundo que te prohíbe,
Ser verdadero,
En lo que Dios me invita a ser.

Fuera de mí,
Encontré la paz,
Fuera de mí,
La pienso conservar,
Fuera de mí,
Me esfuerzo yo,
En ser feliz,
Junto a mi Dios.

Por lo tanto,
Fuera de mí Quiero vivir,
fuera de mí volví a nacer,
volvi a Sonreir.

¿VIVO O MUERO? TÚ LO DECIDES


Eres la daga que atraviesa mi pecho sin pudor,
Que te hundes con recelo hasta mis entrañas,
Traspasas la fuente que me mantiene viva
Y me sumerges en una muerte segura.

Te alejas
Y al hacerlo me humillas,
Pisoteas mis derechos
Y me condena a derramar lágrimas que no curan mi alma,
Sino que la lastiman aun más.

Me has condenado a una soledad degradante,
A un deseo impotente de preguntarte de porque ya no me amas,
De que si aun lo haces,
Que fuerza dentro de ti te empujan hacerme infeliz.

Tu alma no se doblega al verme llorar,
Al ver que me desborono solo porque tú te vas.

¿Dónde está el amor que me juraste ante Dios?
¿Por qué te alejas cuando prometiste estar conmigo en la adversidad?

Mi alma se arrastra como serpiente,
Envenenada de tu amor insolente,
Un veneno que no expulso,
Sino que se apodera de mí,
Se adueña de mis sentidos
Y los deja solo existir,
En el mundo donde la paz no existe
Y el desconsuelo habita,
Como guardián,
A la espera de mí entrada,
Para hacerme una eterna posada de pesar.

Has logrado emponzóñame,
Has alimentado mi cólera,
Te has atrevido a manchar mi ser con reacciones que marcan mis ojos de tanta amargura.

Córtame las líneas rojas que palpitan
Y me recuerdan que sigo viva,
Pero no me obligues a seguir inmersa en el dolor.

Sácame de raíz de tu vida
Y de este mundo
Y entrégame a la puerta oscura que todos temen
Y hacen llamar muerte.

No me infundas más sufrimiento,
Entrégame,
Y no mires atrás
O arrodíllate hasta donde estoy
Y hazme olvidar con un abrazo,
Cuanto he sufrido yo.

Inúndame con un beso en la locura de volver a tenerte,
De poder sentir tú pecho en el mío,
De sentir como me llenas de tu amor.

Imprégname de ti
O entrégame al abismo que aguarda por alguien como yo.

Ayúdame a morir sin ti
O ayúdame a vivir contigo,
Pero eso lo decides tú.