miércoles, 5 de marzo de 2014

Prefiero ser yo, y no una más de ellas

Nadie me condene a la hoguera, que besando los pies del ilustre se desencadenen mis tristezas. Es preciso esconderme, entre rascacielos de bordones y conversaciones absurdas, así pasaría desapercibida, me confundirían con el laico, que dando ofrendas venda el pecado. Suspirando un rescate o un viento alegre, o simplemente un héroe con sangre negra, que rescate mis huesos y me pinte escaleras, que me ilumine un camino o me trace una vereda. Quiero sentirme viva y bailar en el bosque, que no me acusen y no me lloren, que dejen que las ideas corran delante de mí y mi pelo se escurra en el verde de mí gris. Quiero construir un castillo de palabras, aquellas que rompen el silencio y quebrantan el alma, que te sirvan de almohadas en noches de camas, o de suspiros en lunas de llamas. Reflejo lo que me hierve por dentro, lo que me impulsa y me anima, lo que sana mis yagas y me besa de madrugada. Así que prefiero que me quemen en la hoguera, que besar los pies del ilustre y me recuerde mis tristezas, prefiero morir libre, que siendo esclava, prefiero comer plantas, que alimentarme de avena, Mientras me consuma por dentro, mientras me arranque la piel por verte, prefiero ser yo y no una más de ellas…