miércoles, 27 de mayo de 2009

“Al chofer de las 6:30”


Es tu vida el desván,
la vitrina perfecta que me deleito en mirar,
creo escucharte a metros de mí,
son como las notas,
tenues y precisas,
impensadas en el momento de crearlas,
pero son tuyas,
tus audibles pisadas.

Es tu vida lo mismo,
caminas al huerto de tus manos,
de tus pies y tus labios,
es tu obligación
¿o será tu deleite?

Solo puedo verte,
no tocarte y conversar,
no saber que hay más allá de tus labios agrietados,
de tu pantalón degastado
y tu pobre desayuno que tomas al llegar.

No sé nada de ti
y aun si,
creo saberlo todo,
te cepillas los dientes con sonrisas,
aplaudes con tus ojos al mirar,
y se destilan tus pasos al hablar,
al pedir prestado un papel de informar.

Es tu vida un desván,
pequeño y oculto al caminar,
negro y sin vida al verte desde allá,
solidario y amigo al verte dormitar.

Son tus manos agrietadas,
trabajosas y cansadas,
el chofer de un pulidor de oro,
que te lanza monedas mensualmente,
mientras rutinariamente le sirves como cuasimodo.

Son tus fuerzas casi nulas,
al pedir prestado a los pies,
que te empujen o te lleven en tren,
al huerto silente que te condenan mensualmente.

Es tu vida el desván,
de toda una vida vivida,
tal vez solo o acompañado,
tal vez a gusto o malhumorado,
pero es tu vida el perfecto desorden organizado,
de lo que llamas vida
y llamo yo silencio.

Silencio porque preferiste estar delante,
cuando pudiste estar detrás,
cuando abres la puerta
y pudiste haber sentido cuando te la abren a ti,
pero es tu vida ya pasada,
ya gastada por los años que te atañen,
por los dilemas de las arrugas
en ubicarse en todo tu cuerpo.

Es tu vida el desván,
la vitrina de otros,
de mí que te veo cada mañana,
a las 6:30 al llegar,
en tu carro viejo
y empujado por la miseria,
por empezar un día no muy diferente al de ayer,
pero es tu vida solo eso
¿o será más y yo no lo veo?

Pero es tu vida… ¿un espejo?

Foto: Fuente Externa