lunes, 31 de marzo de 2008

SOPLO


En el incesante murmullo en mi ventana,
se refleja el sonido unisonó del viento,
acaricia los desmenuzados recuerdos que atraviesan mi memoria
y me invitan a meditar.

Sostengo la respiración
y la dejo salir cual fuese el soplo que azota mi ventana,
es más que un soplo,
un suspiro,
por recuerdos no míos,
prestados a mi memoria,
enterrados a mala sangre en mi consciencia.

Me pregunto a donde iré…
veo pasar los días y con ellos los años,
se olvida el tiempo y el espacio de que a ellos pertenezco,
me lanzan cual puño de tierra al viento,
me dejan sola,
abismada,
confundida…

He prendido el bombillito de la alegría en mi alma,
mientras me sumerjo en el frio intenso de un no saber qué hacer,
se desgarra mi lengua al no encontrar premura en hechos presentes,
es solo respirar,
costándome mis años y mis suertes.

El viento aun sopla agitadamente mi ventana,
no entro en sí,
sino que me sumerjo en el lecho de mi almohada,
contamino de lágrimas inexplicables los dobles de mis sabanas azules,
he perdido el miedo a morir y aun así…
no quiero morir.

Aun condenso los sentidos abstractos de mi ser,
mientras a mi misma me dificulta entenderme.

Soy un soplo y como soplo me he dispuesto a persistir,
convivir como un viento,
que de lado a lado se mueve,
con el devenir de los días,
con el sufrir de noches de amantes.

Me he sido sincera
y aun con ello no logro consolar mis manos vacilantes y mi corazón palpitante,
me he querido ver a futuro,
y no consigo verme ni aun año de aquí
sigo tratando de entender al soplo,
aquel que arrebato el pensamiento atroz,
de no saber a dónde voy.

De escurrirme como gota,
permitiéndome caminar por el verde camino señalado,
sin saber a dónde llegar,
solo caminar….
he entendido el soplo,
solo quiere existir,
aunque sea por un instante,
azotando mi ventada… vivió,
como quiso,
como pudo…pero vivió.