martes, 27 de mayo de 2008

Es mejor así… a que te cuenten un de cuentos de hadas.


Se escurre la lágrima y se me esfuma la razón,
por un momento pensé que éramos felices.
Creí ver la pintura dorada en tu pelo,
rizada de sueños perfectos,
de momentos conmigo.

Pero solo fueron momentos de equívocos otra vez,
hice la ilusión perfecta y descarada,
que toda mujer anhela,
criarle los hijos al hombre que amas.

Pintarme los labios y esperarlo en la cama,
hacerle la comida que le llene la panza.
Aun me divierto sola,
jugando con mi memoria y recordando los momentos en que un beso mío,
eran los suspiros de tus mañanas.

Me creí la historia,
nunca la cuentan como es,
después del velo blanco y la boda ideal
¿qué pasa? ¿donde quedas tu? ¿ y donde quedo yo?
Sumergidos en cuentos idealistas,
que emigran a los libros,
creando la una realidad superficial,
platónica e inventiva,
del como es.

Me creí el cuento,
ahora susurro en mi propia oreja,
lo que hace tanto me repetía el diablillito rojo de mi desconfianza: esto huele a cocoricamo.

Y fue verdad,
aun me sigue oliendo,
pero es mejor frenar la lengua y enseñar los dientes,
decirle al mundo que eres feliz,
criando a tus hijos y atendiendo a tu marido.

Que los años te quiten las fuerzas y las mañas te quiten las ganas,
que tu marido diga que no te golpea,
mientras escondes un ojo y enseñas media cara,
decirles a tus hijos que su padre es bueno,
cuando este ni tiempo les saca,
es mejor así…a que te cuenten un de cuentos de hadas.