jueves, 23 de agosto de 2007

EN FRENTE DEL BISTURI




Momentos de minutos eternos a la hora de esperar,
A que llamen por mi nombre
Para que me tengan que evaluar.

Con un lápiz negro,
Me obligan a desnudar,
Mi alma,
mi cuerpo,
Ante los ideales de la sociedad.

Con un espejo enorme
Me hacen justipreciar y
Comienzan a etiquetarme
Como a una vaca de corral.

Líneas que trazan desde mi frente hasta mis pies,
Haciéndome sentir más miserable
Que cuando entre.

Me presentan los parámetros para obligarme a cambiar,
Haciéndome borrar con ello
Rasgos de mi personalidad.

Borran mi imagen con un bisturí
Y me obligan a convertirme en igual,
Haciéndome perder mi identidad.

Entrando en un abismo que no me da seguridad,
de salir con vida
o de salir como otra ante una realidad.


“En honor aquellas que han perdido la vida, buscando un sueño de ser diferentes a lo hermosa que eran,en una sala de cirugía plástica”.

CAMBIANDO EN LO ABSURDO


Entre las grietas de una hoja en blanco,
Un momento conmigo misma plasme,
Recordando cuantas palabras podrían descifrarme
O podrían tratar de entender.

Entender el porqué las yagas que sanaron
Aun permanecen allí,
Atosigando cada frase
Que escupo al huir.

Razones que me destruyen,
Letras que rehúsan escribir mi entremés,
Buscando en mis entrañas rebuscadas,
Ideas de un nuevo mundo,
Que yo sola cree.

Fantaseando con la idea absurda de cambiar
Y renovar,
Esa figura atenuante
Que me ha definido desde el arje de quien soy.

Envenenándome con ideales que se llenan de hipocresía
Al hablar de que hay que mejorar,
Alimentando los pensamientos de muchas ilusas que caminan sin paz.

Arropan mi inmortalidad con el manto de la vergüenza,
Asegurándome otra derrota
Al intentar buscar asilo,
En los brazos de una realidad que nos han arrebatado,
y me han obligado a cambiar,
En lo que un día considere absurdo.

DESDE MIS ADENTROS


Desde dentro siento mi corazón latir como un atabal exorbitante,
Que se empeña en querer ser feliz,
En lo que sigo abrumada.

Desde dentro se impone la impaciencia
Y la osadez de salir a vencer sin armadura,
Desilusionada,
Con lo que veo,
Con lo que pasa,
Lucho sin recelo.

Ahuyentando a los lobos que esperan verme caer,
Mientras me sostengo de un hilo,
Amparado por el orgullo
Y la honradez.

Sin perder la cordura,
Ni la capacidad de amar,
Me balanceo,
A través de la mirada que enciende su llama
Como un huracán.

Aprendiendo de lo que no he vivido
Y olvidando lo que he seguido.

Escurriéndome al rincón,
Donde desecho mis sin sabores,
Obligándolos desde dentro a obedecer,
Lo que siento,
Lo que anhelo y espero.