Desde dentro siento mi corazón latir como un atabal exorbitante,
Que se empeña en querer ser feliz,
En lo que sigo abrumada.
Desde dentro se impone la impaciencia
Y la osadez de salir a vencer sin armadura,
Desilusionada,
Con lo que veo,
Con lo que pasa,
Lucho sin recelo.
Ahuyentando a los lobos que esperan verme caer,
Mientras me sostengo de un hilo,
Amparado por el orgullo
Y la honradez.
Sin perder la cordura,
Ni la capacidad de amar,
Me balanceo,
A través de la mirada que enciende su llama
Como un huracán.
Aprendiendo de lo que no he vivido
Y olvidando lo que he seguido.
Escurriéndome al rincón,
Donde desecho mis sin sabores,
Obligándolos desde dentro a obedecer,
Lo que siento,
Lo que anhelo y espero.
jueves, 23 de agosto de 2007
DESDE MIS ADENTROS
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